Esta serie de imágenes son Vanitas que representan nuestra condición efímera y lo vano del intento de nuestros seres queridos de in-mortalizarnos en una imagen. Fontcuberta afirma que «las fotografías han perdido su materialidad y se han convertido en archivos digitales que circulan entre las personas en forma de impulsos de vitalidad y comunicación”. Aquí lo que queda es la mera materialidad de la fotografía en proceso de pérdida de la imagen, de su “espíritu” o de su “alma”. Es el proceso inverso. Adiós a la fotografía que, además, va a morir al lugar indicado para estos menesteres: el cementerio.